TRES CARTELES PRO-VIDA EN EL PLANTÓN FRENTE AL CONGRESO



El 20 de octubre, mientras la Comisión revisora del código penal debatía en el Congreso de la República del Perú si reconsideraba o no la propuesta de despenalizar el aborto sentimental y eugenésico, dos grupos de manifestantes se congregaron afuera del lugar. Hoy comentaré tres de los carteles que observé ese día del lado pro-vida; mañana comentaré tres del otro lado.

1. Yo quiero ser ingeniero.

Se dice que un niño producto de una violación, rechazado por su madre, crecerá en un ambiente nefasto y por tanto será infeliz, etc., etc. ¿Estamos realmente seguros? ¿Podemos afirmarlo al 100%? ¿Es realmente IMPOSIBLE la felicidad de alguien rechazado por su madre? ¿Cómo podríamos saberlo? ¿Conocemos gente rechazada por sus padres? Es muy probable. ¿Son felices? Probablemente no. A ver, vayan y díganles: "pucha, hermano, si yo hubiera sido médico cuando tu mamá estaba embarazada, te habría asesinado". A ver si les responden: "uy, gracias, hermano, tú sí me quieres". ¿Y los que no sufrieron ese terrible rechazo por parte de su madre? ¿Son felices? Probablemente sí. Pero ¿será determinante este factor? ¿De todas maneras será feliz aquel que fue deseado y de todas maneras será infeliz aquel que no? ¿Deberemos decidir por ellos? ¿Deberemos decidir que alguien NO será feliz por tal o cual circunstancia? Quizá no quiera ser ingeniero, quizá quiera ser médico, cantante, contador, político, biólogo, comunicador, poeta... quizá simplemente quiera vivir...

2. La mujer embarazada necesita apoyo, no un aborto.

Así como los pro-vida veíamos a los pro-aborto como asesinos, aunque no necesariamente lo fueran (a la mucho defensores del asesinato y muchos quizá sin ser muy conscientes del hecho), los pro-aborto nos veían como desinteresados de la realidad de la mujer (a juzgar por sus arengas). La caricatura que nosotros nos hacíamos de ellos era la de unos salvajes sedientos de sangre dispuestos a acuchillar un feto y desgarrarlo con uñas y dientes si fuera necesario, cuando lo más probable es que ni siquiera tuvieran mayor información sobre lo que ocurre exactamente durante un aborto (o entonces sí serían bien salvajes). La caricatura que ellos se hacían de nosotros, según calculo, era la de unos fanáticos religiosos desentendidos de los sufrimientos de la mujer, a los que nos importaba más rezar el rosario que enterarnos de la realidad nacional. Sobre la excesiva referencia a la Iglesia, ya me ocupé en el artículo anterior. Aquí voy a otra cosa: creo que este segundo cartel mostraba que no éramos ajenos a la realidad, que de hecho compartíamos LA MISMA visión sobre la problemática. Aquí la diferencia NO ESTÁ en la percepción de la problemática, como ellos parecen creer, sino en la solución ofrecida. Repetir mil veces la problemática no demuestra que la solución sea asesinar al "producto", como dicen algunos para no sentir que hablan de un ser humano.


3. Él no tuvo derechos humanos.

Estos carteles fueron criticados por una internauta en el portal de Perú 21. Su argumento fue (cito de memoria) que eran unas fotos "sensacionalistas y engañosas, porque no eran embriones producto de una violación". Respiro. Francamente, no entiendo cómo una persona con la inteligencia suficiente para manejar una computadora, utilizar Internet y hasta enviar un comentario en un portal (hay que saber dónde hacer click y todo) pueda sostener tal argumento. Explíquenme, por favor. Por mi parte, me pregunto si un feto descuartizado y sangrante producto de una violación se verá muy distinto de un feto descuartizado y sangrante producto de cualquier otra cosa. Esos carteles mostraban una realidad. Sensacionalista, sí. Consulté la RAE y es cierto, eso era sensacionalismo. ¿Y? ¿Es ilícito provocar una sensación o emoción a través de noticias, sucesos, etc. (nuevamente cito de memoria) cuando los argumentos no son oídos o cuando quedan muy fríos ante tamaña realidad? Está bien, lo admito. Eran sensacionalistas; pero eran REALES. Y es una realidad que debe cuestionarnos profundamente cuando el Congreso de la República está en la posibilidad de legalizar el asesinato intrauterino, bajo las causales que sea.

2 comentarios:

  1. bueno cada vez que leo tu blog me convences màs al decir "no al aborto", pero... siempre hay un pero, que se hace en los casos de las niñas-adolescentes embarazadas producto de una violaciòn o en peor caso de sus propios padres, tios, familiares, etc. Te hablo de casos de NIÑAS de 10, 11, 12 años que son apenas unas criaturas que tienen que lidiar con una situaciòn totalmente ajenas a ellas y que no tienen ni la màs remota idea de como sobrellevar eso. En este caso no estoy hablando de mujeres que saben de las consecuancias de sus actos o de jovencitas de 15 o 16 años que pueden decidir ya por si solas... pero en el caso de niñas ¿QUE SE PUEDE HACER?

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  2. 1. Gracias por tu comentario. Me animas a seguir adelante.

    2. Lamentablemente, no tengo las respuestas para cada caso. Tengo entendido que existen asociaciones, como las que figuraban al pie del cartel número 2, que se ocupan de este problema. Incluso había un cartel con un número telefónico (que no anoté, caramba). Cuestión de buscar y/o proponer.

    3. Mientras se buscan y se fomentan las soluciones, nunca será una mejor solución el asesinato intrauterino.

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