TRES PUNTOS SOBRE BENEDICTO XV


Y volvemos al "horario globalizado", ejem... en fin. Aquí vamos con el artículo del "jueves":


Ayer dije que escribiría en estos días sobre los Benedictos que habían inspirado el nombre al Papa. Hoy comentaré, como el título lo indica, tres puntos sobre Benedicto XV.


1. SU NOMBRE: Giacomo Giambattista della Chiesa.

Giacomo significa Jaime, o sea Santiago, Jacobo o Jacob. ¡¡¿Qué?!! Pues sí. Todos esos nombres son lo mismo. Del arameo Yaakov pasamos al griego (dialecto "koiné", del Nuevo Testamento) Iákobos y de ahí al latín Iacobus (de aquí Jacob y Jacobo). La variante del latín tardío Iacomus (probablemente a través de Iacombus) dio lugar al italiano Giacomo y al inglés (a través del francés antiguo) James (de aquí Jaime). En francés actual, es Jacques. Ahora bien, dado que a los nombres de los Apóstoles se les antepone tradicionalmente la palabra "San", la versión portuguesa "Santo Iago" derivó en "Santiago". Tatáaan... Giambattista es una contracción de Giovanni Battista o Juan Bautista. O sea Santiago y San Juan Bautista, caramba. ¡Y encima Della Chiesa (De la Iglesia)! No, pues. Si este ya era Papa desde el vientre, jeje...


2. EL INICIO DE SU PAPADO: en plena Primera Guerra Mundial.

El 28 de junio de 1914, un joven serbio asesinó al heredero del Imperio Austro-Húngaro y a su esposa; el 7 de julio, Austria-Hungría, apoyada por el Imperio Alemán, da un ultimátum al Reino de Serbia y le declara luego la guerra, el 28 (¡Felices fiestas! Con Benavides, que había derrocado a Billinghurst en febrero... y de paso gracias, Billinghurst, por la jornada de 8 horas... volvamos a Europa). Rusia sale en defensa de Serbia y las alianzas hacen lo suyo. Alemania (aliada de Austria-Hungría) le declara la guerra a Rusia. Francia (aliada de Rusia) le declara la guerra a Alemania. Todo en un día, un fatídico 1º de agosto.

Francia movió sus tropas a la frontera con Alemania, pensando "ni modo que los alemanes pasen por Bélgica, porque Inglaterra tendría que responder, por el Tratado de Londres". Pues bien, el 2 de agosto, Alemania ocupa Luxemburgo ("pase usted") y el 4 invade Bélgica ("¡Hey!"). Del 5 al 16 de agosto, Alemania sitia Lieja (Bélgica), mientras el 14 los franceses estaban en lo suyo "derrotando" a los alemanes en la frontera franco-alemana ("Sí, francesitos, pasen por aquí, que nosotros arrasamos por el otro lado"). Pues bien, los alemanes entraron por Bélgica y arrasaron... al principio. ¡Llegaron los ingleses! Dame que te doy, avanzo, me retiro, un paso pa'delante y otro para'trás. Y el 20 de agosto... muere san Pío X. ¡¿Perdón?! Sí, esto era un artículo sobre un Papa, ¿recuerdas? ¡Ah, cierto!

Mientras tanto, en el Salón de la Justicia... eh... digo, en el Este, los alemanes se preparaban para sacarles la mugre a los rusos, lo que efectivamente hicieron del 26 al 30, en Prusia Oriental (el 23, mucho más al este, Japón le declaraba la guerra a Alemania). Y aún no hay Papa. El ejército alemán llegó a tan solo 70 kilómetros de París y comenzó (5 de setiembre) la famosa (Primera) Batalla del (río) Marne. Al día siguiente, Mons. Della Chiesa era elegido Papa y los alemanes se la agarraban nuevamente con los rusos. Tres días después, los franceses se retiraban del Marne y los alemanes iban tras ellos. Otros tres días y los franceses e ingleses aprovechaban la brecha generada entre los ejércitos alemanes para entrar con todo. Al fin los alemanes se retiran y es el comienzo del fin de la guerra de movimientos, para dar lugar a la guerra de posiciones. Por cierto, tres días más y los rusos dijeron "está bien, ya no los invadimos, al cabo que ni queríamos".

¿Momento tenso? Ni se diga.



3. SUS DOCUMENTOS: ¿gritos al vacío?

Benedicto XV escribió 12 Encíclicas, 11 Motu Proprios, 9 Breves, 4 Bulas, 3 Exhortaciones Apostólicas y 1 Carta Apostólica. Los Motu Proprios, Breves y Bulas son pequeños documentos que tratan de diversos temas, como indulgencias, conmemoraciones, condecoraciones, beatificaciones, canonizaciones (como la de Juana de Arco en 1920), etc. Lo más resaltante para la Iglesia dentro de este grupo de documentos, sin lugar a dudas, es la promulgación del Código de Derecho Canónico mediante bula del 27 de mayo de 1917, Código vigente hasta 1983. Las Encíclicas, las Exhortaciones Apostólicas y las Cartas Apostólicas (en este caso, solo una) son de otra envergadura.

Usualmente, un Papa escribe al inicio de su pontificado una encíclica considerada "programática". Este Papa no se aguantó. A los dos días de asumir el papado, escribió una pequeñísima exhortación apostólica (Ubi primum) a todos los católicos del mundo en favor de la paz, en plena Batalla del Marne, ya descrita. En octubre, los turcos (el Imperio otomano) se unieron al conflicto, por su alianza con Alemania. Tres días después, el 1º de noviembre, el Papa publicó por fin su primera encíclica (Ad beatissimi apostolorum), en favor de la paz y para la normalización de la situación de la Santa Sede, que mostraba neutralidad mientras los católicos de los países en guerra tomaban partido. Resultado: se ofendieron de ambas partes y la guerra siguió. ¿Cuándo aprenderán a escuchar?

En 1915, se da inicio al genocidio armenio por parte de los turcos, que por otro lado son atacados por los ingleses y los franceses... y luego por los rusos (que para eso llegaron los otros), mientras Italia entraba en la guerra en contra de sus aliados ("Austria-Hungría empezó, así que no la vamos a defender"). El 28 de julio, al año exacto del estallido de la guerra, el Papa publicó otra exhortación apostólica (Allorché fummo chiamati), a los pueblos beligerantes y a sus dirigentes. En octubre, Bulgaria entra en la guerra del lado de los imperios. En 1916, Rumania declara la guerra a Alemania y Grecia a Bulgaria, mientras la guerra de trincheras causa millones de muertes... Por último, en 1917, Estados Unidos le declara la guerra a Alemania.

El 15 de junio, el Papa intenta con un tema explícitamente religioso: la predicación de la Palabra de Dios, con la encíclica Humani generis redemptionem. Diez días después, llegan las tropas estadounidenses... y la guerra sigue. El 1º de agosto, como un grito angustiado, se publica la exhortación apostólica Dès le début, a los jefes de los estados en guerra, para que hallen una vía para la paz. Y la guerra sigue... hasta el año siguiente.

Y cuando por fin acabó la guerra... se anunció el tratado de Versalles. Y ya sabemos lo abusivos que pueden ser los vencedores de una guerra. Así que el 1º de diciembre el Papa escribió la (micro)encíclica Quod iam diu, la cual podría considerarse el primer documento clave de Benedicto XV, rogando "para que del próximo congreso salga aquel inestimable don de Dios de una paz ajustada a los principios de la justicia cristiana". Y esta vez... ¿le hicieron caso? ¿Ustedes qué creen?

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